miércoles, 28 de octubre de 2009
* * *
This morning I was thinking about a story from a bus driver -bus number 7- who, one unexpected day, decided to leave his road and go to the beach with all the people inside the bus. At the beginning everyone was thinking what was happening, Who did this man think he was? But at the end everyone ended happy, playing silly things with the children and even a couple of young adolescents fall in love, listening to their favourite songs and changing their cassettes. It is a true story, happened in Italy years ago. The city is not important. Could happen to you in yours.
Then this morning when I was going to my library to prepare my classes, I thought about this bus. But my driver was focused on his job and he even blink when I was trying with my mind to change his day. Hypnosis didn't work although and old lady tried to steal my purse, she was polite and nice. I saw three stars, and three swans when I was sitting in the window. Then I knew I have to write a few lines about the “The Incredible Story about a Girl in a Box”. Now she is free, and sometimes lost. “But is much better to live like this that inside a box” she said to me while she was pouring a strange blue tea in her cup. I didn’t want to have her tea but I took a blackcurrant cookie king size, bigger than my hand and delicious.
I am reading Hemingway these days and some letters he wrote in Paris. I like the way he chooses words, makes me feel that he didn’t make any effort to do it. And I am sure is the opposite but this is what it seems. I love his style. He is the one to me now, better than blackcurrant cookies king size.
jueves, 22 de octubre de 2009
Kati Rapia en Barcelona
martes, 13 de octubre de 2009
F * A * N
Por qué soy fan y me interesan los fans. Soy fan de todo aquello que eleve mi espíritu. Si como dicen es cierto que los sonidos graves te bajan a la tierra y los agudos te elevan al Olimpo -o eso decían los griegos- a mi me gustan ambos por igual, por lo que deduzco que mi espiral emocional se debe reflejar en una especie de circunferencia, que siento alrededor de todo mi ser cuando una nota vibra en el aire, se convierte en impulso nervioso en mi cabecita, mucho más bonito llamarlo tono y a su conjunto melodía.
MELODIA: que solos no hacemos nada en esta vida. Aunque a veces me sienta como un DO sostenido, retenido, aguantando ahí apretadito y con ganas de respirar.
Recuerdo un programa de radio que se llamaba los veinte plásticos y era de música pop. Llamé varias veces con sobrenombres. Pasaba las tardes disimulando que estudiaba con aquel aparato ortopédico que llevaba. Me impedía respirar. Rodeada de postales de puestas de soles ocres de "Dios es amor" "Si lloras las lágrimas te impedirán ver las estrellas" . Y pedía canciones. Una liberación. La música. Solía pedir grupos españoles y también mucho pop melancólico. Me encantaba Neil Diamond por mis hermanos y Leif Garret porque era una adolescente muy romántica. Los Bee Gees... Y todo lo triste. Mi hermano junto con la guerra de las galaxias, Jesucristo Superstar que aprendí las letras de tantas veces que la fui a ver, también hizo otra aportación importante: me regaló un walkman. Ese objeto me salvó la vida. Durante años no podía salir de casa sin la música a todo volumen en mis orejas. Timidez. Cualquiera sale a la calle con aquella cosa en el cuello a la edad de doce años. Mi primo me regaló varios siete pulgadas de The Smiths, The Cure, Echo and the Bunnymen, Beatles, Fleetwood Mac. Mi vida cambió. Descubrí The Church, The Style Council. Fui tirando del hilo como si de un ovillo se tratara y yo dentro del laberinto, en el extremo opuesto siguiendo las canciones, que parecían escritas para mi y los libros parecían escritos para mi y el universo me rodeaba lleno de señales a una adolescente más, entre un millón de millones en ese periodo delicado en el que crees que todo es blanco o negro y tu opinión en contraste con la de tus padres la más absoluta de las verdades. Ahí nace un fan, en su necesidad de pertencer a un grupo y de ser aceptado. Este grupo sí este no y así con todo, esto sí esto no...una margarita a la que aún arranco pétalos a día de hoy porque lo bueno de esto es que sabes cuando empiezas pero no cuando acaba el descubrimiento. Después de los veinte plásticos, Radio 3 con el pause puesto para grabar las canciones que me gustaban, después * Viaje a los Sueños Polares *. Maquetas arriba y abajo. Cassettes, caras A caras B, rebobinar con el boli. Cuando se gastaban poco a poco las pilas y bajabas el volumen para que durara más. Los conciertos, la música en directo, la vibración en los pies, el no poder respirar, el creo que la tocan ahora, el se han agotado las entradas, el me voy a encontrar con él, el que nadie me hable ahora me voy a segunda fila...
No puedo evitar escuchar los hilos musicales de los supermercados, de los restaurantes o las consultas y preguntarme quién los programará. Quién escoge Burt Bacharach 0 Morricone. Sigo siendo fan.
jueves, 8 de octubre de 2009

