domingo, 26 de octubre de 2008

......... . .. .miguitas y Para Elisa


Él saca su mantel de mal gusto con rosas, ¡de hule!. Lo sacude de miguitas y todas caen en derredor las muy malditas encima de mi ropa recién colgada.
Mi metro cuadrado se llena de intrusas felices en fila india qué facil lo tienen.
Mucha gafa de pasta pero qué egoismo el de mi vecino y qué desfachatez, me ve y me saluda.
¿Mi venganza y nueva profesión?
Desparejadora de calcetines, los que caen en mi tendero, no los vuelve a ver el pelo y así va el pobre de color desparejado, pensando qué habrá hecho para no encontrar los extraviados.
Aprende civismo o seguiré llenándote de telepizza 2 x 1, ofertas Día, Gimnasio Barrio, Vine a la Festa Del Mercat de la Concepció, Díselo con flores, en tu pequeño buzón. Bajo de puntillas con el antifaz de dormir por la mañana temprano y antes de que salga la portera mi misión está resuelta y hasta me da tiempo a desayunar.



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Misma hora y cada día a las siete en punto de la mañana, ya está el pequeño de la familia francesa de al lado tocando Para Elisa de Beethoven, cada día. Como el pan nuestro, como el telediario, como que me llamo p y yo al otro lado de la pared imagino medio dormida un país en el que en todas las casas sin excepción y a la exacta misma hora que se escuche la misma melodía. Así todo el mundo incluido mi pequeño virtuoso se daría cuenta de lo que hace.
Él se cree pianista y es un despertador, qué equivocados que estan algunos.

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