Un 14 de abril, exactamente catorce mamás a la misma hora cuentan un cuento a sus pequeños en la ciudad de Barcelona. Pero sólo una cuenta a su hijo la increíble historia del número catorce.
Esa mamá se llama Flora. Cada noche al acostar a su pequeño antes de dormir le cuenta a su hijo a la historia de los números y aquella noche no era menos. Flora le preguntó a Roc mientras le ponía el pijama, qué número escogía.
Roc que esa noche se había comido todas las judías verdes con sus cuatro patatas gigantescas le dijo “catorce mamá, hoy quiero que me cuentes la historia del catorce”. Ay, me lo temía, contestó la madre mirando al techo de la habitación, donde se encontraba una lámpara con formas de todos los planetas.
El 14 tiene una historia singular que sucede en muchos países, lugares y regiones.
El 1 y el 4 están muy enamorados, desde hace precisamente catorce años. Con todos sus otoños y primaveras. El 4 le está dando un codazo al 1. “Y eso porqué” pregunta Roc con los ojos entreabiertos. Porque quiere que le bese y el 1 no le hace caso. No hay manera de que el 1, que está enfadado y que mira hacia otro lado le bese al 4.
“Vaya mamá pobre 4” Bueno, bueno seguro que harán las paces le contesta su madre apagando la lamparita que tiene Roc al lado de su camita. Además el 0 está harto de que el 1 meta las narices en sus asuntos y siempre lo esté observando. Cualquier día de estos lo manda a “fer punyetes” que dice tu abuelo. Sólo le faltaba al 0, con todo lo que ya tiene encima que le ande mandando el 1. Menos mal que al cero le entra y le sale todo por el agujero y cuando el 1 le dice lo que tiene que hacer se pone a bostezar.
Y fue entonces cuando Roc bostezó y su madre se dio cuenta de que ya estaba dormido. Los bostezos se contagian más rápido que los estornudos, pensó mientras bostezaba. Flora apagó la luz y se fue a la cama. Esa noche soñó que el 1 y 4 bailaban un cha-cha-chá la mar de acaramelados.
Colorín Colorado este cuento para Marta Perez Sierra ha terminado.
Esa mamá se llama Flora. Cada noche al acostar a su pequeño antes de dormir le cuenta a su hijo a la historia de los números y aquella noche no era menos. Flora le preguntó a Roc mientras le ponía el pijama, qué número escogía.
Roc que esa noche se había comido todas las judías verdes con sus cuatro patatas gigantescas le dijo “catorce mamá, hoy quiero que me cuentes la historia del catorce”. Ay, me lo temía, contestó la madre mirando al techo de la habitación, donde se encontraba una lámpara con formas de todos los planetas.
El 14 tiene una historia singular que sucede en muchos países, lugares y regiones.
El 1 y el 4 están muy enamorados, desde hace precisamente catorce años. Con todos sus otoños y primaveras. El 4 le está dando un codazo al 1. “Y eso porqué” pregunta Roc con los ojos entreabiertos. Porque quiere que le bese y el 1 no le hace caso. No hay manera de que el 1, que está enfadado y que mira hacia otro lado le bese al 4.
“Vaya mamá pobre 4” Bueno, bueno seguro que harán las paces le contesta su madre apagando la lamparita que tiene Roc al lado de su camita. Además el 0 está harto de que el 1 meta las narices en sus asuntos y siempre lo esté observando. Cualquier día de estos lo manda a “fer punyetes” que dice tu abuelo. Sólo le faltaba al 0, con todo lo que ya tiene encima que le ande mandando el 1. Menos mal que al cero le entra y le sale todo por el agujero y cuando el 1 le dice lo que tiene que hacer se pone a bostezar.
Y fue entonces cuando Roc bostezó y su madre se dio cuenta de que ya estaba dormido. Los bostezos se contagian más rápido que los estornudos, pensó mientras bostezaba. Flora apagó la luz y se fue a la cama. Esa noche soñó que el 1 y 4 bailaban un cha-cha-chá la mar de acaramelados.
Colorín Colorado este cuento para Marta Perez Sierra ha terminado.
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Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.