Ir a Montserrat de excursión, subir a la Sagrada Familia y comprar postales en los dos sitios para enviárnoslas con mensajes de amistad y de cariño.
Otra Barcelona es posible.
O palabras sin sentido de esas que me gustan tanto.
Guardar diarios en cajones para releerlos con el tiempo.
Quitarnos tiritas invisibles.
Cerrar puertas con llave, abrir ventanas.
No cenar por preferir pasear.
Bajar decibelios de intensidad.
Hacer cosas cotidianas, vulgares y mundanas.
Pasar calor.
Pasar más calor.
Disfrutar el verano como una niña: leyendo comics, escribiendo cuentos y viendo amigas (No Antú no necesariamente por este orden).
Hoy voy al T-eatro y mañana de viaje a la hora de los pobres.
La felicidad low-cost es la mejor de las felicidades.
El idioma que creamos el mejor de los lenguajes:
Bamboo no será lo mismo.
Ni silla de ruedas, tampoco.
Ni los retratos de Frida, que era tan hermosa.
Ni el 14 de julio -con marsellesa incluída que mira que hay que tener suerte-.
Qué suerte tengo.
Tengo mucha suerte.


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Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.