Gemma y Ona

Hace muchos años una amiga me instó a comenzar este blog, recuerdo que estaba en Nueva York, bastante sola y preguntándome ¿qué hago yo aquí? tipo psicofonía de Giménez del Oso- que es una frase que suelo decir bastante porque yo de pequeña además de estar fascinada con Jesucristo Superstar, Han Solo y Jeannette estaba fascinada con la voz, las bolsas en los ojos y la personalidad de Giménez del Oso-.

Por aquel entonces vivía una vida de castigada sin postre, todo el día viajando, trabajando y compadeciéndome de mi misma. Por supuesto todo lo malo era culpa de los demás, así inmensamente infeliz.

Gemma lo comenzó para que escribiera, también me regaló un delantal para hacer pasteles -otra de mis grandes pasiones-. Me abrió una cuenta de correo y un blogg. Pasaban los años y yo seguía escribiendo, a veces con muchas ganas a las 7 de la mañana y luego comenzaba mi jornada laboral.

Ahora que mi vida ha cambiado tanto, me encuentro con otra amiga, Ona que traslada todo mi blog a otra dirección. Que me abre ventanitas como si fuera un calendario de navidad y todas ellas a otras ventanas diferentes y así al infinito que es lo que tienen las redes que las lanzas y hay millones de peces de colores que te miran y se van -porque mis redes tienen agujeros tamaño y color de libertad.

Y vaya, el mejor regalo wabi sabi es ella en mi vida. No sé como agradecérselo como sé que le gusta el chocolate y los comics estoy por vestirme de personaje de Liz Prince y salir de un huevo de pascua de chocolate gigante. ¡Prepárate el 28!

Gracias a las dos a Gemma y a Ona, dos amigas excepcionales sin las cuales Pili Arándanos no existiría y sería seguramente Rudoberta Flope o Filomena Mong una pesada que a buen seguro seguiría siendo una irresponsable pensando en que el mundo va mal, que así no se puede seguir y que a dónde vamos a parar.

Pili Arándanos y Paloma