lunes, 6 de junio de 2011

La increíble (y triste) historia de la Magdalena de Proust ( part I y II )



Dedicada a Cristian Rodríguez y su maravillosa bitácora de las Açores

Soy la magdalena de Proust, y nadie me hace caso.
Creen que soy de una panadería cualquiera.
Que no soy leída.
Que voy de altanera.
Si les explico de dónde vengo se ríen por dentro.
Me gustaría ser una magdalena normal.
Una de esas a la moda de ahora: integral.
Y no ahí perdida en el camino de Swan.
Una bella easo, para estar más cerca de los que quiero,
y me silbaran por la calle como a un bollo industrial.
Soy lenta y en el fondo todo me da igual.
En un vaso de leche me rompo,
siempre con miedo existencial.
Me hubiera gustado ser galleta maría o de Reyes, roscón.
En vez de un haba pondría dos.
Y dicen que lloro,
que los cupcakes me han desbancado,
los muffins arruinado.
Ahora me psicoanalizo.
La culpa la tienen mi complejo de levadura,
mi adicción al azucar glacé.
Que no sé vivir en el presente.
Si supiera que lo que le queda es hacerse migas,
me gustaría saber si harías amigas, Frau doctor.

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