Mi calle, o la calle del piso en el que estoy. El dueño del piso me ha dejado todas las ventanas abiertas y aún hay sol en la casa. Me ha dejado tostadas en la cocina. Me cae muy bien. Y no lo conozco, sólo hemos compartido aromas, dice que yo huelo a fresas pues tu casa huele a alegría de vivir.
Compartí este número de calle con Banys Nous, mi primer piso con aroma a limones y libertad. Mucho mejor ahora, si pudiera hablar con aquella Arándanos y darle un abrazo..
No he dormido en casa y he amanecido con una verdadera aparición en la ventana. Vivan los milagros, si son cotidanos son los mejores.
No puedo evitar asociar las farolas a París y a Javier Marías.





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Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.