sábado, 14 de mayo de 2011

La Increíble Historia de la Srta. Incongruencia

La Srta. Incongruencia, tenía una lata por apellido. 
Era vegetariana estricta y se moría por un whoper en caja de cartón.
Hacía meditación pero no comulgaba con su religión.  
Cazaba mariposas, las coleccionaba sobre una tela roja y no soportaba los animales enjaulados, "¡Pobres monos!" decía cuando iba la Zoo "¿Se puede ser más cruel?"
Vendía seguros de vida y hacía puenting, rafting e iba en bici por Barcelona. 
Tenía collares de perlas y tenia que ir al dentista. Ninguna de las dos cosas, ni se las ponía ni iba. 
No tenía marido pero hablaba cada día con un exnovio con el que pasaba horas, "Sin él muero" decía muy sentida.
Le gustaban los niños, jamás tuvo uno. 
Le encantaba correr por el parque pero prefería hacer sombras chinescas en la cama,  "Uy mira una corona caída, un elefante que la pisa, un niño, una sonrisa", así horas y horas.

La Srta Incongruencia un día se levantó de la cama y al mirarse en el espejo  gritó ¡Me he hecho vieja y no he hecho nada!, fue al registro y se cambió el apellido así como si fuera un cromo. Ahora la Srta. Congruente vive en la montaña donde va a verla mucha gente para que les escriba cuentos. "Hazme uno para mi hermana Ona que se va a estudiar al extranjero" decía un chico muy alto, "Hazme uno para mi tía que enfermó de la barriga" le imploraba el doctor  del pueblo, "Uno para el panadero que cada día me fía" decía otra señora.

Por fin hace lo que quiere, vende cuentos, desayuna poesía y hasta sale a correr cada día y hace colección de sus agujetas que guarda en botes de cristal con fecha.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.