sábado, 28 de mayo de 2011

Las mañanas corrientes


Hoy a las siete ya estaba despierta, no tengo persianas y la luz entra cada mañana por la ventana.  Este fabuloso desastre me permite escribirte desde esta casa compartida, sin pelos en la lengua -que la he mirado bien-ni gatos, ni nada en la nevera -compartida también-, salvo un extraño bistec que me mira agradecido, no es mío. Solo tengo yogures de soja, qué sosa soy.

Ahora desde el silencio total, escuchando el teclado y mi respiración, con ganas de saeta, de escribir una canción. Sólo me interesa el misterio de lo cotidiano y retratar lo más íntimo  desde mi balcón , donde veo esta maravillosa ciudad en la que vivo. Sí, reconciliada y en PAZ con Barcelona.
Cris y Bea duermen al otro lado, me gusta que estén tan cerca, tan dormidos, les pondría una mantita si no hiciera este calor. Y por la ventana veo un árbol, ¡dos dragones!, la estación del norte, un grafitti imaginario. Parece que tengo de todo y sobretodo ganas de escribir sobre estancias vacías con ausentes presentes, alcobas de escenas invisibles, naturaleza urbanizada, sobre espejos. Verme es conocerme.

Y ahora como cada mañana a correr a la Ciudadela, a ver si esta vez no me ganan los patos, dura competición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.