Últimamente salgo de mi eje con facilidad y con infinitas excusas -siempre externas-.
Me siento tan pequeña ante las olas.
Esas mismas olas que estás apenas a unos metros de la orilla pero sigues teniendo miedo de ahogarte dando esos pequeños saltitos para mantener la cabeza hacia arriba.
Botones y muestras: cuando estaba enamorada -sufría porque lo estaba y qué pasaría-, cuando no lo estoy porqué no lo estaré, cuando tengo trabajo -trabajo demasiado- cuando los proyectos no salen-porqué no saldrán- Cuando me siento sola -paso demasiado tiempo- cuando mis amigos se quejan de que no me ven el pelo -salgo demasiado ¿no tengo tiempo para mi?-. Basta. Se acabó este ombliguismo irresponsable. Miro a mi alrededor y veo que el sol está saliendo.
Todos en un lindo vergel, es un libro de Walter-Besant, en él nos ofrece el autor apasionarnos por las cosas corrientes, nos da un manantial de energía, ríos de alegría pura, cielos de amor incondicional, nubes para elevarnos, caminos imperfectos en su perfección. A los que sufrís desconsuelo, a los que no veis salida, a los que de repente el personaje pesa más que una escafandra de piedras: es decir a todos los habitantes del planeta, os encaro a mirar el cielo con bravura como hizo Yoko Ono cuando murió John Lennon, a sentir el aire en la cara, a conectar con la naturaleza, a mirar hacia arriba, observar los tintineos de las hojas de los árboles, que se aguantan por una esquinita. A disfrutar de la transformación del otoño en invierno. Esa transformación la voy a vivir en primera persona, no me la voy a perder nunca más.
Seré las últimas hojas que caen, el frío en mis manos y mejillas. Somos naturaleza, no quiero empeñarme en vivir en el Entretemps del no sentir, del no mostrarme como soy..
Y ya está vuelvo a mi eje, mi centro, mi lugar. Para que me queráis pero no de una manera lastimera sino con la alegría de sentirme viva a vuestro lado.
Estoy tan blandita que me podría doblar por cuatro esquinitas y meterme en un cajón.
Estoy tan blandita que me podría doblar por cuatro esquinitas y meterme en un cajón.

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