viernes, 20 de enero de 2012

La Ballade de los guantes (Y FIN)

Para Nuria y Albert
Un guante de lana,
en un cajón muy quieto,
no encuentra su compañero.


Quizás se ha perdido o caído,
en cualquier calle, al volver.
¡Se despista este niño siempre que se pone a leer!


En las escaleras de la entrada o en el supermercado,
en el bus hacia el cole, en casa…
Todo puede ser.


El niño sonríe con mueca infantil:
un bolsillo del abrigo lo tenía escondido.
El guante perdido se encuentra por fin.
¡Qué alivio! ¡Juntos otra vez!


El guante derecho le dice al izquierdo;
tu torpeza me gusta tanto al dibujar o sujetar un paraguas, ya ves qué tontería.
El guante izquierdo le contesta tembloroso;
y a mi cuando firmas y al tocar el piano, los dedos mueves tan veloz y tan gracioso!


Y de manos en manos y haciéndose bolas,
dos guantes de lana pasaron todos sus días, con todas sus horas,
juntos para siempre, saltando estaciones,
o saltando a la comba o durmiendo en cajones.

3 comentarios:

Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.