Para Nuria y Albert
Un guante de lana,
en un cajón muy quieto, no encuentra su compañero.
Quizás se ha perdido o caído,
en cualquier calle, al volver.
¡Se despista este niño siempre que se pone a leer!
En las escaleras de la entrada o en el supermercado,
en el bus hacia el cole, en casa…
Todo puede ser.
El niño sonríe con mueca infantil:
un bolsillo del abrigo lo tenía escondido.
El guante perdido se encuentra por fin.
¡Qué alivio! ¡Juntos otra vez!
El guante derecho le dice al izquierdo;
tu torpeza me gusta tanto al dibujar o sujetar un paraguas, ya ves qué tontería.
El guante izquierdo le contesta tembloroso;
y a mi cuando firmas y al tocar el piano, los dedos mueves tan veloz y tan gracioso!
Y de manos en manos y haciéndose bolas,
dos guantes de lana pasaron todos sus días, con todas sus horas,
juntos para siempre, saltando estaciones,
o saltando a la comba o durmiendo en cajones.

A Gloria (Fuertes) suena. A gloria, en general, suena esta balada de feliz final.
ResponderEliminarJAJAJA!! Raül! Gracias por tu comentario : )
ResponderEliminarMil gracias, Palomita! Qué tierna historia... <3
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