Dice Saramago que no puede imaginarse su vida sin su mujer:
"para mí morir es dejar de estar donde esta ella."
En la casa que tienen en Lanzarote rodeada de viento y cal, como un paisaje lunar, apartados de todo y de todos, todos los relojes de la casa sin excepción están parados a las cuatro de la tarde, la hora en la que el escritor conoció a su mujer, Pilar del Río.
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Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.