Chung-Yung, nombre chino del centro invariable, es uno de los cuatro libros famosos atribuidos a Confucio.
Lo que no está desviado se llama Chung, lo que no cambia se llama Yung. El centro es el recto camino del universo, la invariabilidad es su razón fija.
Antes de que nazcan en el alma el gozo, la cólera, la tristeza y la alegría, ella se encuentra en el denominado centro. Cuando dichas pasiones brotan y cuando todas alcanzan una medida justa, es lo que se llama equilibrio. El centro es la gran base del universo; el equilibrio es su vía universal.
Cuando el centro y el equilibrio son perfectos, el cielo y la tierra están tranquilos: todas las cosas crecen.
Yo deseo encontrar el Chung Yung, aquí y ahora en esta lavandería, donde pongo una de mis últimas lavadoras en esta ciudad que me ha dado tanto, como siempre. Compagino la sabiduría china con un té y unas pastas que me han regalado.
Esta noche tengo una cena de despedida e iré vestida con los colores de un hasta pronto.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.