Se le pide a un niño que escriba una palabra en el encerado, y mientras otro se tapa los ojos. Cuando todos han visto la palabra que ha escrito su compañero, se borra esa palabra, y el niño que se tapó los ojos sale al encerado y escribe otra al azar. Esto crea un clima de espera y atención. Hay que tener en cuenta que para que el juego surta efecto tiene que haber una cierta distancia entre las dos palabras. Así por ejemplo: Caballo-perro no es en realidad un binomio fantástico Si ocurriera esto, convendría cambiar el binomio. Los ejemplos de Rodari son:
ladrillo-canción,
Caperucita-helicóptero,
luz-zapatos,
perro-armario.

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Puedes escribirme a piliarandanos@gmail.com para encargarme un cuento, poema o palabra esdrújula, aunque Pessoa te diría que las últimas son altamente ridículas.