Cada día Belén me pone mi café con leche, no se lo pido hace días pero sabe latín. Ayer me habló por primera vez después de estos meses: Tú lo que tienes que hacer es dormir y comer un buen puchero.
L'Orxateria: muy recomendable al lado del Mercado Central a la derecha abiertos desde las 7 AM, todos los periódicos que importan y buena disposición (no hablan nunca antes de ponerte el café y si me apuras después tampoco).


Mi hermosa lavandería: The Laundry Shop la dueña es muy simpática y tiene los rizos de Bea lo cual hace que la vea aún más simpática, guapa y de todo. Mientras esperas puedes conectarte a internet o beber un cocacola. Es "muy", si vas en chandal mal porque te encuentras a chicos de monopatín y rizos de los de girarse por poderosos y tú con la cola de caballo mal hecha.
Nuestro despacho, el café del Rialto. El chico de mantenimiento siempre está ocupado. Pero cuando lo veo me sube los colores, Freddy lo nota y ya está él: venga dile algo, que no que me dejes que a ver si acabamos ya esto. Así son nuestros desayunos de concentrados.
Nada es comparable a la casa de Billy pero no está mal el rincón que me encontró Clau que como su nombre indica es la llave para un montón de cosas, una de ellas es su Mar de avellanas, su capacidad creadora y su manera de andar que seguro que sienten lagos y mariposas de nuestras antípodas por un ligero cambio de rumbo de viento que hace que vuelen más deprisa y crean que sí que pueden llegar a esa hoja, a esa nube y mucho más.
Mi estación. De todas las de España mi favorita. Domènech i Montaner que estás ahí en todas partes, naranjas en el techo y azahar en los rincones. De mi casa de la calle Girona, Palacio de la Madrid aquí te encuentro siempre cuidando de mi ( ya me salen las rimas patilleras de mi Fuertes Gloria, no lo puedo evitar)
Esta es la terraza del Lisboa, que es uno de los bares del Carmen donde siempre está todo el mundo y todo el mundo siempre está.
Una vez comí allí con Ona y todos nos miraban porque por lo visto sólo lo hacen los extranjeros y nosotras que somos un poco guiris aunque intentemos no sorprendernos y disimular ante tiendas que ponen: Pelo de Valenciana, lo somos un poco guiris y extranjeras. Esto pasa hasta en nuestra propia ciudad, quizás en clave wabi sabi en Japón no no sentiríamos así o sí.








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