De las 104 sinfonías magistrales que compuso Haydn, la mejor es el minueto de la 94 en Sol Mayor, se llama así: Sorpresa, como esos postres de chocolate que esconden más chocolate en su corazón y que quizás deberían llamarse más de lo mismo. Pero supongo que su diferente textura les permite ser sorprendentes.En el caso de Haydn se llama así porque da sustos. Oh! Oh! y Oh!
Gran amante de la caza y pesca, este hombre era muy divertido y caía muy bien a todo el mundo menos a los animales, está claro por motivos obvios, a ver qué opinarías de que te pusieran un anzuelo. No hace gracia.
Lo mejor de Haydn son sus piezas que de tan delicadas parecen esas flores que soplas y salen angelitos blancos de ellas, que de tan puras se rompen. Recuerdo un dibujo maravilloso de Javier Aramburu en su Abezoo, lo tengo que buscar.
Un milhojas de canción. Un montón de amor en cada nota, son muchos montones. Eso es para mi Haydn y su Serenata de Cuarteto en Fa Mayor. Mucho amor, más delicado que un suspiro y suave que un pétalo que te pasan por la cara mientras duermes. Pestañeos.
O los huevos Kinder que esconden sorpresas extrañas que nunca pueden superar la dulzura del chocolate blanco y que me llevan a Shakespeare que decía aquello de mis manos son de tu color, pero me avergüenzo de tener un corazón tan blanco.
Soy así, qué queréis a estas alturas del Arandolario: en un huevo Kinder veo a Shakespeare y en la Tempestad me veo a mi. Y en Otelo lo veo a él, que no dejo de ser yo. Un lío que ni el de Mucho ruido y pocas nueces.
Sigamos con las sorpresas, que nos llevan al Jazz donde no sabemos cuando llega la recompensa musical y te tienes que entregar a ellas, a sus sorpresas. Son como amar a alguien por primera vez que no sabes cómo va a salir pero la intensidad compensa todo lo demás.
¿Las cuerdas de los pentagramas quién los sostiene? Mi profesora de música “La Fusa” nunca supo qué contestar y me puso a hacer compañía a la papelera pero yo lo decía en serio ¿Quién? ¿La clave de sol? ¿Qué son más importantes las cinco líneas o los cuatro espacios? –¡Silencio Cordón! Y dejaba los ojos en blanco- Miedo.
Para satisfacer mis expectativas escucho Phil Spector –Back to Mono!- y bebo agua, mucha. Pero para todo lo demás me entrego al tobogán, a los huevos kinder a reconocer desde la humildad que no sé nada, ni si quiera qué sorpresas me deparará este otoño, que es verano, que es otoño. Que es intenso y que sobretodo está siendo eso, sorprendente.

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