viernes, 20 de enero de 2012

La Ballade de los guantes (Y FIN)

Para Nuria y Albert
Un guante de lana,
en un cajón muy quieto,
no encuentra su compañero.


Quizás se ha perdido o caído,
en cualquier calle, al volver.
¡Se despista este niño siempre que se pone a leer!


En las escaleras de la entrada o en el supermercado,
en el bus hacia el cole, en casa…
Todo puede ser.


El niño sonríe con mueca infantil:
un bolsillo del abrigo lo tenía escondido.
El guante perdido se encuentra por fin.
¡Qué alivio! ¡Juntos otra vez!


El guante derecho le dice al izquierdo;
tu torpeza me gusta tanto al dibujar o sujetar un paraguas, ya ves qué tontería.
El guante izquierdo le contesta tembloroso;
y a mi cuando firmas y al tocar el piano, los dedos mueves tan veloz y tan gracioso!


Y de manos en manos y haciéndose bolas,
dos guantes de lana pasaron todos sus días, con todas sus horas,
juntos para siempre, saltando estaciones,
o saltando a la comba o durmiendo en cajones.

miércoles, 18 de enero de 2012

Siempre estoy rehaciendo los textos de mi blog, por eso cambian Srta. Marple y veces desaparecen. Es lo que tengo que escribo mal, de manera automática. Cometo errores y lo reescribo y lo vuelvo a escribir. Me leo a veces y se me cae la cara al suelo.
Sois mis deberes y yo soy un borrón permanente. Gracias por su amable correo.
"Los errores son los umbrales del descubrimiento." James Joyce #Buenosdías
Chimo Soler, mañanero.
 

domingo, 15 de enero de 2012

Un recuerdo para CD Drome y Áncora & Delfín.


En el primero encontré a David, djd!, a Jordi y a Oriol, a Belle and Sebastian, a Club 8, a la buena vida... Compré mi vinilo de Family y me arruiné con todos aquellos recibos de papel de cada sábado con sumas imposibles para mi pequeño bolsillo de estudiante.

El segundo me hizo amar a Antonio López y a Durero,  a entender lo espiritual del Arte o a ser meramente observadora, practicando contención. A investigar sobre fans y música, a buscar la belleza en todas las cosas, a amar a las musas en general como Dora Maar y rusas en particular. A gustar Ortega y Gasset por sus Estudios sobre el amor. A elogiar a la sombra, siguiendo a Tanizaki.

Cada vez que entraba miraba si había ejemplares de Cuentos por teléfono y si no los pedía sin reparos. He perdido la cuenta de las veces que lo he regalado comprándolo allí. Y mi última compra se llama El cau del conill   de Cristian Segura, que me está gustando tanto y yo me caería en la madriguera tantas veces como hiciera falta para revivir todas las emociones que he tenido en estos dos lugares tan claves y de nota, de Sol y de Mi
A pesar de las despedidas, algo sin embargo está comenzando y lo siento aquí, en mi pecho.

sábado, 14 de enero de 2012

Siempre que me gusta alguien, mucho, me olvido de comer y me vuelvo una despistada.
Hoy viernes he comido una lata de aceitunas rellenas y he olvidado las llaves en casa. Ay, perdón es sábado.

viernes, 13 de enero de 2012

Cristian Rodríguez me manda esta foto de su cuaderno de bitácora en las Açores y no puedo estar más de acuerdo, also beautiful is simple, as well.

jueves, 12 de enero de 2012

BELIZE Y LA INCREÍBLE HISTORIA DE CÓMO EMPEZÓ A DIBUJAR















Una vez, un hombre de esos que pintan por las Ramblas con un pelo más largo que el mío. Con su caballete y todo, me dijo que todo el mundo puede ser pintor, que no lo decía él que lo decía un tal Beuys, yo me lo apunté enseguida porque los nombres raros hay que apuntarlos, onomatopeya, mandril, cáspita, clavicordio…Vale ya paro.

Yo me lo tomé al pie de la letra, me encantan los colores, hay muchos, más que dedos en los pies y las manos juntos.  A veces me gusta colorear, intentar ir despacito y no salirme de los bordes del dibujo de mi Coloring Book de Minimusicas.  Otras veces todo lo contrario me gusta salirme de los bordes un poco y no pasa nada tampoco.

Una vez me hizo la profesora del cole la típica pregunta de ¿Qué prefieres dibujar o escuchar tus discos Belize? Era casi peor que me preguntara eso, que la torturadora cuestión de a quién quieres más a Papá o a Mamá. Le dije que dependía del día pero que las dos cosas me ponían de buen humor. Si dibujo se me pasan las nubes negras de la cabeza, esos pensamientos asociados a los deberes y las preocupaciones. Si pinto un elefante oigo su sonido en mi cabeza y dibujo una trompa que es una ducha y  una ducha a la que le sale una trucha -de chocolate- y se lo come un niño que es de África y que está gordito, muy feliz subido a una increíble montaña rodeada de arcoirirs y si quiero le pinto más de uno, de tres o de seis. Y así podría seguir como con las palabras raras o mis discos de Minimúsicas o como con las galletas y los bizcochos, esas cosas que da igual que tengas mi edad o cien, gustarán siempre.

Psst! Me gusta Beuys aunque pinta más raro que yo.

Textos: Paloma Cordón para Minimusicas
Ilustración maravillosa: Albert Aromir

BELIZE Y LA INCREÍBLE HISTORIA DE LA BICICLETA QUE SABÍA VOLAR



"Pero lo mejor del verano son esas horas dormidas, las primeras, en las que cojo la bici y bajo por la playa hasta la panadería del pueblo. Compro el desayuno y soy la dueña del mundo. 
Siempre bajo la cuesta con las campanas de la iglesia –sin manos-, muy rápido, casi volando y escucho los pájaros, los rieles que me dicen ¡HOLA! bajo los trenes, ventanas, persianas... El verano se despierta conmigo y mi bicicleta, todo puede pasar incluso que el chico de la camiseta a rayas me invite a una excursión"

Textos: Paloma Cordón para Minimusicas
Ilustración maravillosa: Albert Aromir

BELIZE Y LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS

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Estaba muy nerviosa porque no sabía que me iba a encontrar en la fiesta de cumpleaños de Germán, Germán es un niño nuevo en el colegio que había organizado una fiesta en su casa, había invitado a toda la clase.

A mi siempre me había gustado un poco, y siempre quiere decir dos semanas que es de lo que lo conocía. Una eternidad para cualquier persona de mi estatura.

Germán me caía muy bien porque en el patio siempre jugaba en los equipos de los “malos” ya sabéis “los que juegan peor” y él realmente sabía jugar a fútbol, pero le gustaba defender a los que no sabían hacerlo. También me gustaba porque cuando en clase me lo quedaba mirando me ponía caras divertidas de pez, metiendo los mofletes hacia dentro y moviendo los labios. Y cuando me caí del potro saltando en gimnasia fue el único que no se río y cuando acabó la clase me preguntó si me había dolido mucho. Germán era diferente.

Mi madre estaba tocando el timbre cuando Vanessa y su madre llegaron a la portería igual que nosotras. Vanessa llevaba un pastel hecho de chuches y yo…bueno yo… había hecho un bizcocho de yogur. El de Vanessa era perfecto, gigante, seguro que hasta se podía ver en la coche.

El mío era un bizcocho normal. Con una tarjeta pintada por mi que incluía la receta.

Me gusta inventarme  un poco las recetas para la gente que me gusta, eso quiere decir que hasta ese día esa receta no existe  y está hecha especialmente para ti. Un día os haré una sólo para vosotros. Esta decía así: Bizcocho inventado para Germán.

    * yogur
    * 1 medida de yogur de aceite de oliva
    * 2 medidas de yogur de azúcar moreno
    * 3 medidas de yogur de harina
    * 3 huevos
    * 1 sobrecito de levadura en polvo o polvo de hornear
    * Mantequilla   
    * Poner música mientras cocinamos yo recomiendo “Crispetes de colors”.



Precalentamos el horno a 180ºC.

Echamos el yogur en un bol y utilizamos el vasito como medida, es la medida universal del bizcocho de yogur.
Batir los huevos con el azúcar,  cantando la canción “Crispetes de Colors” y luego añadir la levadura –siempre a la pata coja mientras seguimos cantando la canción- con la harina y el aceite. Utilizaremos la batidora eléctrica,  si tenemos en casa, pidiendo ayuda a nuestros padres. O con el tenedor si no disponemos de una.

Horneamos durante 30-35 minutos a 180ºC, o pedimos a nuestros padres la prueba del palillo, la prueba del palillo es infalible. Meten el palillo en la masa y si sale limpio es que el bizcocho está hecho. Menos mal que no existe una prueba igual para averiguar si nos hemos bañado o hecho los deberes..

Desmoldamos y dejamos enfriar.
Como era su cumpleaños añadí su nombre con conguitos de chocolate, se leía : G E R M A M me equivoqué con la N y puse una M pero a él le dio igual, cuando vio el pastel se iluminó la cara y se lo llevó corriendo a la cocina. Había triunfado con el Bizcocho inventado para Germán y con el cd de “Els aliments” que también le regalé con una dedicatoria que ponía: Para Germán el chico-pez.


* Problemas con los deberes de mates. Para desestresarse hace las actividades de nuestro libro. En concreto la de unir los puntos (números hasta el 60) para que salga una elefanta.

No entiendo las matemáticas. Los humanos nos complicamos la vida. Se pueden usar los dedos para contar y sin embargo no nos dejan usarlos en clase. Además existen las calculadoras que están en todas partes y sin embargo tenemos que aprender a sumar, restar, multiplicar, dividir etc. No lo entiendo.

Cuando me canso de las matemáticas pienso en lo que me gustan los números por ejemplo el 1 y el 4, el 7. El 4 parece que con el codo le de al 3 un golpecito y el 3 parece que busque su media naranja para hacer un 8 y el 8 tumbado es un infinito… Además hay algo que me encanta hacer cuando ya no puedo más de los deberes. Cojo el libro de actividades de Minimúsicas y uno los puntos para hacer sus dibujos, el otro día me salió una elefanta y una niña india de la clase que me cae muy bien, me dijo que en su país los elefantes eran dioses y se llamaban Ganesh o algo así. Es una niña muy simpática con la que voy a hacer yoga con Yoguitos y su madre lleva un sari que es un vestido precioso de la india. Algún día me gustaría tener uno igual. O salir a cantar con Nuria, en vez de con vestidos a rayas con saris de colores.

Cuando acabo las actividades de mi cuadernos digo ¡Eureka! es una famosa exclamación de un matemático griego Arquímedes para ver si se me pega algo y me cuestan menos las matemáticas. Seguro que él hacía los deberes cada día cuando era niño…

Textos: Paloma Cordón para Minimusica
Ilustración maravillosa: Albert Aromir

BELIZE Y LA INCREÍBLE HISTORIA DE LAS VERDURAS

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 El viernes tuvimos que llevar todos a clase una redacción sobre lo que más nos gustaba del invierno. Yo la titulé: Las cosas invisibles del invierno que más me gustan, porque casi siempre las cosas invisibles son las mejores.  

Hice una de esas listas que me gustan tanto: los cristales del autobús 66 se empañan en invierno y nos sirve a los niños de pizarra gigante, mientras los adultos sentados se quejan del tráfico.  El humo que sacas cuando hace tanto frío por la boca,  que nos transforma en monstruos espaciales. La nieve cuando empieza a cristalizar es uno de los mejores momentos del año, sabemos que  ya queda poco para hacer al menos una bola, el olor a chocolate caliente y melindros en la calle Petritxol que es la calle más famosa del mundo por su chocolate,  el olor a musgo de la Fira de Santa Llucia recién montada…Se lo estaba leyendo a mi amigo Iván por teléfono cuando este me dijo ¿Y qué hay de lo que no te gusta? Lo bueno que tiene Iván es que nuestra amistad  traspasa las fronteras de preguntas incomodas como esa y le quiero igual o más.

La respuesta eran las verduras. ¡Las verduras! Cada noche hay verduras en casa. Siempre son un primer plato. Y no hay manera, las veo humeantes en el plato y me dan ganas de volverme invisible. Las acelgas sosas y blandas, no me gustan. Entonces Iván que además de ser simpático es el empollón de la clase me explicó:  ¿Sabes que las acelgas son de la familia de las Amarantáceas?
¿Amaranaqué? Sí, Amarantáceas.  Y se conocen desde el siglo IX AC en Mesopotamia. Lo que me faltaba era saber que los niños las comemos desde hace tanto. Son tan nutritivas todos los niños se las comen sin chistar en todos los puntos de la tierra. Otra bonita imagen se creo en mi cabeza millones de niños de todas las razas unidos por las acelgas servidas en un plato por papás de todo el planeta.

Cuando sea mayor inventaré un caramelo con sabor a acelga para que los niños no tengan que comerla.   Entonces recordé una de mis canciones favoritas “No sempre el més maco és el millor”

Cuando iba con mi abuela a la plaza que es dónde ella compra las verduras, una vez le pregunté Abuela porqué las verduras que compras son más feas que las del super? Y mi abuela me dijo lo mismo “No sempre el més maco és el millor”. Y tiene razón porque sus tomates saben a gloria y los de la bandeja del súper saben a plástico-espacial, si eres un robot bueno pero si eres humana como yo… No gusta tanto.

Lo que sí me gusta mucho son las judías con patatas, las espinacas con trocitos de pan tostado, la coliflor y mi favorito es el brócoli. ¿A sí por qué? Porque son bonsáis, me pinto caritas en los dedos y me imagino que los brócolis son paisajes japoneses para mis dedos.  Bosques de miniatura que además están muy buenos.

¡¡Pero si te gustan muchas verduras!! Dijo Nuria sorprendida. Sí, me encantan,  pero no se lo digas a mi madre, las verduras son la manera  que tenemos los niños de expresar nuestra rebeldía. ¿Te vienes a cenar a casa?

Textos: Paloma Cordón para Minimusica
Ilustración maravillosa: Albert Aromir

sábado, 7 de enero de 2012

Antú, piano piano


Un verano invencible, en pleno invierno



Camus no podía vivir sin su arte, pero no lo colocaba por encima de todo. Al revés él decía que le permitía vivir al nivel de todo el mundo.
Le permitía conmover al mayor número de hombres, ofreciéndoles sufrimientos y alegrías comunes. El arte obliga al artista a no aislarse : lo somete a la verdad más humilde y más universal. A medio camino entre la belleza y la comunidad.
"Por eso los verdaderos artistas se obligan a comprender en lugar de juzgar."